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Problemas sexuales en la pareja

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Problemas sexuales en la pareja - Compendio teórico
por Pablo Carli

Guía introductoria al trabajo                              
 
1. Indice,                                                                         
2. Introducción: Porque problemas de pareja?,                       
3. La fantasía sexual,                                                             
4. Desajuste sexual,                                                 
5. Reducción del deseo sexual,                                       
6. Evasión sexual,                                                            
7. Conclusión,                                                                  
 Bibliografía citada,                                                 
 Notas al pie,

Introducción: Porque problemas de pareja?

Como problemas de pareja (respecto a la sexualidad), tomare aquellas temáticas que pueden ser motivo de angustia en una pareja de cristianos, por diversos motivos; desinformación, consideración como tabú, o abiertamente como pecado, entre otras causas.

Estas situaciones se presentan en la pareja creando sentimientos de malestar debido a que no saben como enfrentar la duda sobre ciertas prácticas sexuales dentro del matrimonio, lo que en este caso los lleva a consultar a un consejero.

Es en este momento en donde este trabajo debería tomar relevancia, como la introducción[1] del consejero a ciertas situaciones esenciales o más comunes, a fin de otorgar un intento de respuesta a como encarar la consejería en el caso de quienes tienen esta carga y desean saber si es correcto realizar ciertas prácticas sexuales. Que por lo reducido del trabajo es lo que figura en el índice del presente trabajo.

Ya que es reducido el número de palabras tratare de focalizarme directamente en la temática y algunos datos útiles[2] de acuerdo a lo que los autores tratados refieren al respecto.

 


La fantasía sexual

Las fantasías sexuales son cuasi universales, es decir, casi todo el mundo, en algún momento de su evolución, ha alimentado algún tipo de ensoñación erótica[3]. Muchos cristianos tienen diferentes ideas al respecto. Para algunos es un pecado, para otros es un tema del que no se puede ni siquiera hablar, para otros esta permitido en ciertas ocasiones y algunos lo toman como una parte más de la vida del ser humano.

Vamos a hablar ahora de lo que entendemos por fantasía sexual, siguiendo el razonamiento de José Carrasco.

La fantasía sería todo tipo de ensoñación que pueda estimular la propia reacción sexual y potenciar la sensualidad(p. 111-112). Estas fantasías pueden variar en intensidad y también pueden referirse a situaciones anteriores con su pareja, momentos cuando el atractivo de lo desconocido era todavía muy considerable(p. 112).

Este tipo de actividad ensoñadora enriquece la estimulación sexual que prepara un clima de mayor excitación para el encuentro con la pareja, además de permitir una distensión mayor que ayuda a salir de las rutinas. Las fantasías sexuales se podrían agrupar en cuatro categorías(p. 113):

·         Fantasías exploratorias: el elemento fundamental es la exploratoriedad( sexo grupal, con desconocidos, cambios de pareja, fantasías promiscuas), algo que quizás nunca han hecho y querrían explorar.

·         Fantasías íntimas: tiene un peso fundamental su carácter íntimo( se incluye besos apasionados con el otro, coito con la persona amada, actividad bucogenital).

·         Fantasías impersonales: No existe una personalización en una pareja determinada( estimulación fetichista, observar a otros cuando practican algún tipo de actividad sexual, ser observados por otras personas, servirse de diferentes objetos para mayor estimulación).

·         Fantasías sadomasoquistas: las que implican infligir o recibir algún tipo de estimulación dolorosa para hacer posible el placer sexual( flagelar al otro, embarcarse en un complejo proceso- ritual -, verse forzado a participar en algún tipo de actividad sexual).

Dentro de estas cuatro fantasías podríamos decir que la 1, 3 y 4 son las que dentro de la moral cristiana refieren cierto grado de dificultad dado que habría ciertos principios bíblicos básicos que en un principio se violarían[4]. Por esto es que nos vamos a referir a la segunda, que para una pareja cristiana no revestiría ningún tipo de problemática a menos que con la pareja se incluyan algunos factores de las otras fantasías las cuales deberían leerse a partir de los intereses buscados en ella.

Es importante entender que Dios nos ha regalado la sexualidad, un regalo de mucho valor, en el cual la mente humana es el único límite de su expresividad, la dificultad surgiría cuando se busca fuera de sus usos demarcados por la naturaleza y Dios. Allí es cuando encaramos una dificultad que habría que aclarar para que no halla una interrupción en el normal desarrollo y crecimiento de la pareja tratada.

Cuando una pareja potencia la actividad fantaseadora y, en consecuencia, aumenta el grado de actividad sexual, facilita al mismo tiempo su grado de satisfacción. Ello hace que ambos se encuentren más relajados, pudiendo disfrutar de una convivencia más positiva(p. 120). Es así que esta actividad en especial la del tipo 2, como ya hablamos, no constituye un problema, sino que enriquece la interacción sexual en la pareja. Favoreciendo en consecuencia el resto de las áreas de la persona.

Hay tres puntos a tener en cuenta en los cuales la fantasía sería peligrosa(p. 120-121), una cuando el individuo pierde la distinción entre realidad y fantasía, no pudiendo diferenciarlas; segundo cuando se convierten en algo tan intenso y frecuente que se convierte en lago cuasi obsesivo; tercero cuando son tan intensas que impulsan a la persona a realizarlas realmente.

Pero esto no sucede en las personas corrientes y normales, sino más bien en aquellas que ya experimentan serias dificultades psicopatológicas(p. 121).

Es de esta manera que deberíamos reivindicar el papel de las fantasías dentro de las relaciones sexuales de la pareja dentro de los parámetros que hemos visto, y siempre recordando que la sexualidad es muy amplia y esta diversidad es la que constantemente la renueva para que cada vez sea una experiencia única.

Desajuste sexual

En casi todos los matrimonios existe algo de desequilibrio sexual[5]. Cuando uno de los miembros de la pareja desea hacer el amor con más frecuencia que la otra, se produce un desajuste[6]. Esto si no es tratado por la pareja abiertamente( es decir discutirlo claramente y llegar a algún tipo de acuerdo en cuanto a la periodicidad de las relaciones sexuales), producirá un malestar en alguno de ellos que luego afectara al otro miembro. Cuando se produzca este malestar la situación empeorara, sea en un nivel consciente o inconsciente que repercutirá en el desarrollo del matrimonio, en tanto no se haga nada para resolverlo. Es en el momento donde la situación este en el extremo más grave, cuando se presenten ante el consejero en busca de ayuda o mediación.

Para empezar tendríamos que notar siguiendo a O'Connor, que sería lo más ingenuo creer que dos personas tendrán el deseo de hacer el amor en el mismo momento(p. 27). Es decir que habría que notar esto desde un principio y empezar a trabajar sobre esta base.

También tendríamos que notar que no es necesario esperar un momento mágico para hacer el amor, porque cuando lo tengamos la otra persona es más que seguro que no, y viceversa. Hay que estar dispuestos a tener la autoconvicción de comenzar la relación sin necesidad de un clima adecuado, porque el clima adecuado rara vez se da, pero siempre se puede crear. Hay que estar dispuestos a apoyar la iniciativa de la pareja aunque en un principio no nos sintamos con los deseos adecuados. Muchos hombres y mujeres me habían dicho que el problema era excitarse; una vez que lo lograban, la respuesta no se hacía esperar[7].

Es en esta falta de excitación donde reside el mayor problema para el desajuste sexual. Pero cuando la pareja ha decidido hacer el amor y el acto ha comenzado...no hay nada que pueda detenerla(p. 33).

Si de verdad atendemos a los deseos de nuestro cónyuge y hacemos un trato honesto que podemos cumplir, por una noche o una semana, estamos bien encaminados hacia el equilibrio en nuestra vida sexual(p. 50).

Reducción del deseo sexual

Hay muchas razones para que se produzca esta disminución...El enamoramiento del noviazgo alimenta las llamas del deseo; a medida que el enamoramiento se sosiega, también disminuye la intensidad de la pasión. Cuando un matrimonio madura, otros intereses de los cónyuges, como ganarse el sustento, organizar un hogar, crear una familia, se vuelven más apremiantes y absorben parte de la energía que antes se había canalizado en el romance[8].

Hay muchos factores que contribuyen a esta disminución del deseo sexual. Sin embargo, según Beck, los factores principales son psicológicos y provienen de las actitudes que se toman frente a uno mismo, frente al sexo, y frente al cónyuge(p. 398).

El sexo empieza por diferentes medios a perder su alegría, y se transforma en una prueba, un desafío que hay que enfrentar.

A través de la corrección de las actitudes negativas y malas interpretaciones, la pareja puede lograr que el deseo sexual pueda volver a ser activo[9].

Evasión sexual

En caso de problemas en una relación ocurre a veces una estrategia de evasión sexual. Esta es una actitud que evita las oportunidades que puedan darse para el sexo[10]. Se puede dar de muchas maneras, pero lo que hay que notar es que al igual que la reducción de deseo sexual y el desajuste sexual, lentamente se ira resintiendo la relación de la pareja, lo que desencadenara en futuros conflictos.

El papel del consejero es en principio hacer notar que esta estrategia nunca va a solucionar los problemas sino que los habrá de empeorar(p. 150).

Por esto es de suma importancia conversar sobre la sexualidad(p. 151). Cuando surgen diferencias en el área sexual, la falta de conversación sobre el tema tendrá consecuencias de consideración. Solamente las conversaciones profundas pueden solucionar estas diferencias en las necesidades sexuales(p. 151). Hacia esto debe el consejero encaminar el proceso de aconsejamiento.


Conclusión

Hemos visto en forma resumida las problemáticas más comunes referidas al ámbito sexual que se podrían presentar en un matrimonio.

Podríamos notar aquí el hecho de que en cada uno de los temas que hemos visto, la disfunción en el área sexual afecta el resto de las áreas de la pareja, comenzando con un malestar que de no ser resuelto a tiempo, a través de la comunicación clara y efectiva, ira distanciando a ambos miembros, hasta que la distancia y la tensión sean insostenibles.

Es entonces el papel del consejero evaluar la situación real en la que se encuentra la pareja, para comenzar a encaminar el tratamiento en la forma más efectiva, buscando restablecer los lazos que han sido cortados por los conflictos que han llevado a la pareja hasta él (el consejero).

He tratado de incluir la mayor cantidad de bibliografía posible, que tratan estos temas entre tantos otros que nos quedaron fuera de este trabajo por la reducción de espacio (como la masturbación mutua, pornografía en la pareja, etc.).

También nos ha quedado fuera las vías de acción para encarar estas temáticas desde la perspectiva del consejero. Lo cual sería interesante seguir desarrollando en algún trabajo posterior y más extenso dada las posibilidades y el material existente.

No quiero dejar de lado en esta conclusión, dado que no ha habido un desarrollo de la perspectiva bíblica como tal, la importancia que tiene a la hora de aconsejar a alguien, evitar dar una perspectiva personal dado que como consejeros cristianos nuestra fuente de información para tratar los diferentes temas es la Biblia. Y no deberíamos dudar que sus principios son más exactos que los que nuestra ética personal, por más buena que sea, podría dictar.

A partir de aquí, al menos momentáneamente, estará en el lector revisar la bibliografía y ampliar en gran escala la lista de problemáticas que hemos tratado y explorar otras que por estar ausentes aquí no son menos frecuentes ni perturbadoras para quienes las afrontan.

Es el desafío ahondar e investigar todo esto que es tan importante conocer a la hora de aconsejar a la pareja con problemas.


Bibliografía

-          Sager, Clifford; Contrato matrimonial y terapia de pareja; Bs. As., Amorrortu editores, 1976, pp. 331

-          Martin, Peter A.;  Manual de terapia de pareja; Bs. As., Amorrortu, 1994, pp. 191

-          Vansteenwegen, A.;  Amor: palabra de acción; Bs. As., Lumen, 1993, pp. 253

-          Beck, A.;  Con el amor no basta; Bs. As., Paidós, 1990, pp. 449

-          Carrasco, J.; 10 palabras clave acerca de la pareja; Estella(Navarra), Verbo Divino, 1997, pp. 220

-          Michalson, C.;  Fe para crisis personales- 2: Situaciones; 2ª. Edic.; Bs. As., Aurora, 1966, pp. 101

-          Schrotenboer, P.G.;  Homo Creator: el hombre en el mundo de Dios; Bs. As., Certeza, 1972, pp. 67

-          Carvalho, Esly;  Familia en crisis; San Jose(C. R.), IINDEF, 1999, pp. 93

-          Autores varios;  Las siete promesas de un cumplidor de su palabra; Miami, UNILIT, 1995, pp. 227

-          Breneman, Mervin; La voluntad de Dios para la vida diaria; Bs. As., Kairós, 1996, pp. 128

-          Navarro, M.; Para comprender el cuerpo de la mujer: Una perspectiva bíblica y ética; Estella, Verbo Divino, 1996, pp. 222

-          Bagat, Jean Pierre; Para vivir el matrimonio; Estella, Verbo Divino, 1990, pp. 102

-          Nelson, J. y Sandra P. Longfellow; La sexualidad y lo sagrado: cristianismo y sociedad; Bilbao, Desclée de Brouwer, 1996, pp. 609

-          Faus, J.I.G.; Sexo, verdades y discurso eclesiástico; Cantabría, Sal terrae, 1993, pp. 48

-          Barrientos, A.; Principios y alternativas de trabajo pastoral; Miami, Caribe, 1982, pp. 362

-          Storm, K.M.; Ayudando a mujeres en crisis; Bs. As., ABAP, 1991, pp. 119

-          Padilla, C.R. y C.P. de Camargo; Hacer el amor en todo lo que se hace; Bs. As., FTL, 1996, pp. 122

-          O'Connor, D.; Como hacer el amor con la misma persona por el resto de su vida y con el mismo entusiasmo; 16ª edic., Bs. As., Planeta, 1992, pp. 245

-          Fuchs, Eric; Deseo y ternura; Bilbao, Desclée de Brouwer, 1995, pp. 266

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